Luna de Avellaneda

En el partido que mantenía en vilo a media Avellaneda, San Martin de San Juan, venció por 2-1 a un tibio Argentinos Junior que parece empecinado en repetir lo hecho por Banfield el año pasado (recordemos que el equipo del sur mantenía una comoda ventaja sobre su inmediato perseguidor que la fue perdiendo, tanto, hasta que terminó descendiendo de categoría). Veámos como se dio el partido.
El equipo local, dirigido por el Yagui Forestello, se impusó 2 a 1 con goles de Jorge Luna, figura excluyente de la tarde, y Riaño para los cuyanos. El ex River, Villalva, descontó para el bicho cuando agonizaba el partido. De esta manera, el Verdinegro sumó una victoria vital para sus intenciones de mantener la categoría, mientras que los de La Paternal comienzan a preocuparse seriamente por la permanencia (Independiente, con el empate de hoy, se le pusó a tan solo 6 puntos). Repasemos un poco como fue la mano.

Tal como se preveía fue un partido repleto de polémicas y todas ellas, gracias al flojísimo arbitraje de Carlos Maglio. Si bien no favoreció directamente a alguno, fue influyente en el resultado. El criterio que tuvo con el chico Vázquez a la hora de expulsarlo por un supuesto codazo no lo tuvo con los experimentados Matias Martinez ni Alejandro Capurro, todos ellos jugadores de la visita. Justamente este último, ex Colón y Gimnasia de la Plata, fue el más apañado ya que le propinó un codazo de lleno al rostro de la cara de Emanuel Más que se vio desde Mendoza. No mostró ni siquiera amarilla.

Sobre el final, la frutilla del postre. Con Argentinos en ataque en búsqueda del empate, García metió un eslalon impresionante dejando a medio equipo rival en el cambio. Cuando se disponía a definir con el arco vacio fue derribado. Maglio debió expulsar al arquero Nereo Fernandez (o bien al defensor que golpeó desde atrás) pero solo le mostró amarilla. Justamente él, impediría que el resultado fuese mayor (tras un remate poco certero de la figura de la tarde, Jorge Luna). Finalmente fue 2-1 para los sanjuaninos y en Avellaneda ya empiezan a mirar con cierto cariño la nuca de Argentinos Juniors.