viernes, 13 de septiembre de 2013

Pecados capitales: La Ira

Primer entrega de los 7 pecados capitales que serán analizados y llevados al fútbol por quien les escribe de una manera que solo el que es hincha del fútbol sabrá entenderme. Hoy, les presento a la ira en 7 breves casos (que dividiré en tres post para facilitar su lectura) concisos vividos por mi persona y que hablan por si solos. Historias de cancha que usted vivió con otros nombres y le aseguro, se sentirá identificado.
Antes de meterme de lleno en los casos agrego que dicen que la ira es un sentimiento no ordenado, ni controlado, de odio y enfado. Conlleva impaciencia con los procedimientos de la ley y el deseo de venganza  (llevando a hacer justicia por sus propias manos).

Un tal Dante que se la sabe lunga en este caso, describe a la ira como "amor por la justicia pervertido a venganza y resentimiento". Sin más preámbulos inauguramos la sección que dará que hablar. Ira generalizada vivida en carne propia en mis primeros pasos por los tablones (el orden del factor no altera el producto). 

La Ira: Caso Huracán y sus derivados (hecho en mi niñez/adolescencia que averguenzan mi adultez)

Caso 1: Manusovich y Beto Acosta



Quien me inicio en este terreno sembrado con odio y regado con insultos junto al último de la cosecha en extinción hoy en día. Año 94/95 por TV y sentado en mi silla, conocí al ahora devenido a periodista y entendí que jugar bien era lo opuesto a su accionar.


Una versión simil a la de Coloccini. El actual defensor de la selección de un país generoso se defendía con las manos y Manusa con los pies.

Hoy lo recuerdo con risas a Manusovich pero por aquel entonces relucía lo peor de mi niñez al verlo todos los domingos paseando y bailando contra el extremo derecho de turno (Ortega en el Monumental como máximo exponente -ese día vio la roja- festejeada como un gol por mi persona al verlo tras un extenso resumen de aquel River-CASLA por el extinguido programa emitido por canal 13, Futbol de Primera).

Para el que no lo vio jugar al 3 ex San Lorenzo y se haga una idea, por su banda paraba menos gente que el Jefe Gorgory patrullando Springfield.

¿Por qué el Beto Acosta aparece en la foto?. Porque volvió gordo, canoso y con 44 años (aprox) nos vacunó varias veces. Al menos cerró un ciclo allá por el 2003 y hoy puedo contarlo.

Caso 2: Panchito Maciel


Hasta en la calle tenía alguien atrás que arregle sus cagadas. Atrás, podrán apreciar a Paolo Goltz quien cubría a Cellay que tenía franco como seguridad personal implementada por el grupo GEO.

Los que dicen que en el fútbol argentino no hay paciencia, esperen a leer este caso. El jugador, Panchito Maciel, campeón con Racing en el 2001, llegó a Huracán en el 2008 y duró menos que Gladiadores de pompeya en el aire.

Así como en Space Jam, a Maciel le habrían sacado sus dotes futbolisticos tras el 2001 y se sintió en esa tarde del 2008

Como se había retirado Ubeda  y había pasado a asumir como DT, alguien tenia que cubrir ese puesto vacante de segundo marcador central. El sifón, deposito toda su confianza en un viejo conocido suyo, Panchito Maciel, que venia de estar 6 meses parado (literalmente).

En los amistosos de pretemporada integraba el once inicial y por eso no extraño que fuese titular en el debut del quemero en Sarandí ante Arsenal. Jugó 63 minutos y fue reemplazado al son de silbidos e insultos por doquier.

En la charla técnica de Ubeda el esquema estuvo claro. Recordemos que es el mismo que tuvo en el banco a  un tal Pastore

Durante ese lapso que estuvo en cancha se mandó 123 cagadas y los 2 goles del Arse llegaron por su lado. Tras ese escenario, no jugó nunca más. En el plantel, duró 8 fechas hasta que la Don Barredora lo limpió de un día para el otro.

continuará...

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