Ganó Godoy Cruz por 3-1 ante un Argentinos que deberá mejorar mucho sino quiere perder la categoría a la cual le viene coqueteando muy seguido. El Tomba cuando midió, golpeó.
Si por algo se había caracterizado el equipo de Palermo el semestre pasado, y sobre todo de
local, era por la cantidad elevada de ocasiones de gol desperdiciadas. El viernes, y ante un
Argentinos poblado de jugadores ignotos provenientes de los antros aledaños a la estación
Ascenso, cuando al equipo de Caruso lo midió y lo golpeó.
Encima el bodeguero no solo golpeó sino que lo hizo cuando había que hacerlo, en los
momentos justos. De arranque, cuando mejor jugaba el rival y para luquidar el pleito
evitando sufrir a posteriori.
Fue un trámite parejo con pocas aproximaciones a los arcos pero se hizo un abultado
marcador global de 3-1. En dos oportunidades fue Obolo quien se puso los botines del
optimista del gol que le prestó quien hoy lo mira desde afuera luciendo unos modernos
zapatos que no hablan castellano. Un tal Palermo que tiene loco y enfermo a una gran parte
de la población de Mendoza.
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